miércoles, 8 de febrero de 2012

tic¨s como herramienta para fomentar la creatividad

Adoptar posturas inconscientes y acríticas a la hora de implementar estas
herramientas tecnológicas en el ámbito de la educación, supone un cierto riesgo,
y debemos estar prevenidos. Así pues, sin ánimo de tomar posturas radicales
a favor o en contra de la introducción de las tecnologías en el contexto educativo,
el propósito de esta reflexión es presentar una opción viable para utilizar
las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) desde una
perspectiva enriquecedora, capaz de potenciar la capacidad creativa del trabajo
docente e investigador a través del uso de la informática, tomando como
referentes los objetivos pedagógicos.Todos los medios vaticinan que en la tecnología multimedia se encuentra el futuro de las telecomunicaciones, las enciclopedias interactivas audiovisuales proliferan por doquier, cada vez hay más empresas dedicadas al desarrollo
de software educativo, y la cadena de consumo de este tipo de productos atractivos
e interactivos es cada vez mayor. Sin embargo, no parece que existan unos
criterios apropiados para dar un uso adecuado, o un uso verdaderamente educativo
a esos materiales.
Así pues, se hace preciso analizar las prioridades que se contemplan en el currículum
en tanto objetivos que se deben lograr a lo largo de los procesos educativos
elementales:
— Desarrollo de la capacidad de producción de ideas propiciando la fluidez de
expresión.
— Desarrollo de la flexibilidad de pensamiento, con objeto de facilitar al alumnado
la adaptación, plasticidad y elasticidad de sus ideas.
— Fomento del estilo personal y de la originalidad en las ideas.
Todos estos objetivos generales tienen que ser estimulados de forma continuada
en cada una de las áreas del currículum, junto con otra serie de factores
específicos en los que se concretan los objetivos generales, cuya principal
finalidad es desarrollar la creatividad en los alumnos. En dichos objetivos se
indican cuáles son las capacidades a estimular en cada momento, así como el
grado de desarrollo aconsejable, y son:
— Desarrollar los sentidos, para lo cual se necesita programar el proceso de
adquisición de las capacidades de observación, percepción y sensibilidad.
— Fomentar la iniciativa personal, es decir, la capacidad de toma de decisión
de una persona al comenzar una acción. Las capacidades ligadas a la espontaneidad,
la curiosidad y la autonomía.
— Estimular la imaginación, dado que con el despliegue de la imaginación el
sujeto trata de reproducir un modelo cuyas formas le son sugeridas de una
manera precisa o vaga, por una observación, vivencia o experiencia anterior.
Entre las capacidades relacionadas figuran la fantasía, la intuición y la
asociación. Así pues, en síntesis, los objetivos pedagógicos se orientan al desarrollo de
las habilidades verbales, y la expresión escrita; de la habilidad lógica y matemática;
de la expresión artística; y de la capacidad de comprender y transformar
el mundo.
Tras enumerar sucintamente los fines educativos que se contemplan en el
currículum, la discusión se debe centrar ahora en analizar en qué medida las TIC
contribuyen efectivamente a su consecución, y concretamente cuáles son las
que potencian el desarrollo de la creatividad; de ahí que sea necesario identificar
qué tipo de recursos tecnológicos existen y cuáles pueden ser sus potencialidades.
La selección del software que debe utilizarse con los estudiantes es vital. Es
necesario decidir qué tipo de programas contribuirán a desarrollar la capacidad
creativa de los alumnos, puesto que existen múltiples aplicaciones informáticas,
tales como las enciclopedias de consulta, las reproducciones de
documentos valiosos; software de creación y edición; de programación;
de simulación de casos y juegos, etc., cuya finalidad puede variar considerablemente
en función del uso que se haga de ellos

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